REVISIÓN
Consumo de medicamentos y condiciones de vida
Drug consumption and living conditions
Ana Julia García Milian,I Lisbet López Verde,II María del Carmen Pría Barros,I Pablo León CabreraI
I Escuela Nacional de
Salud Pública. La Habana, Cuba.
II Instituto superior de Ciencias
Médicas de La Habana. Cuba.
RESUMEN
En Cuba, la producción de medicamentos está en manos del estado. La industria trabaja en coordinación con el Sistema Nacional de Salud y produce y distribuye los medicamentos en función del cuadro epidemiológico del país. No obstante, el problema al que se expone la sociedad con el consumo de medicamentos es complejo. En tal sentido, se pretende argumentar la necesidad del análisis de los patrones de consumo de medicamentos según las condiciones de vida de la población. Se realizó una investigación documental y análisis de contenido de las publicaciones identificadas en la literatura nacional e internacional que tratan el tema. Se identificó carencia de publicaciones que aborden el consumo de medicamentos según las condiciones de vida de la población en el contexto cubano. Conocer el consumo y sus determinantes influyen en la calidad de la salud de la población y permite a los prestadores en particular y al sistema de salud en general, desarrollar acciones correctivas para alcanzar conductas acordes con el significado de los medicamentos en la sociedad contemporánea.
Palabras clave: Consumo de medicamentos; condiciones de vida; desigualdades; determinantes sociales.ABSTRACT
In Cuba, drug production
is managed by the state. The drug industry works in close coordination with
the national health care system and manufactures and distributes drugs according
to the epidemiological picture existing in the country. However, the problem
of drug consumption by the society is complex. In this regard, this paper was
intended to substantiate the need of analyzing the drug consumption patterns
according to the living conditions of the population. A documentary and content
analysis research of the national and international literature dealing with
this topic was made. It identified the lack of publications dealing with drug
consumption according to the living conditions of the population in the Cuban
setting. Learning about the consumption and its determinants has an impact on
the health quality of the population and allows care providers in particular
and health system in general to develop corrective actions to attain performances
in line with the meaning of drugs in the contemporary society.
INTRODUCCIÓN
Los medicamentos constituyen la tecnología sanitaria más empleada en la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de enfermedades tanto en el ámbito hospitalario como en la atención primaria. Su utilización es algo cotidiano en la población y si se hace de forma racional pueden obtenerse relevantes beneficios.1 Sin embargo, el incremento del número de fármacos disponibles unido al creciente hábito de buscar en la prescripción de medicamentos la solución a todos los problemas de salud, tiene el efecto indeseable de hacer que estos no siempre se empleen de la manera más apropiada. Su uso para resolver un problema de salud puede provocar efectos no deseados o secundarios.2
En los últimos años se han establecido las definiciones administrativas y los procedimientos que garantizan el marco técnico, jurídico y laboral que se requiere para hacer un uso racional de los medicamentos. La estrategia sobre medicamentos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene en cuenta cinco objetivos: política, acceso, calidad, seguridad y uso racional, los cuales respaldan una estrategia y control racional sustentado en la racionalidad de su empleo.3
Sin embargo, en la actualidad la venta de medicamentos en el mundo sobrepasa los 380 billones de dólares anuales. Alrededor del 30 % de los recursos de salud son destinados para la industria farmacéutica, a pesar de existir certeza del uso irracional de los fármacos. Un documento de la Organización Mundial de la Salud señala que el 50 % de los medicamentos que se venden, prescriben, dispensan o consum en se usan de forma inadecuada.4
El consumo de medicamentos se incrementa, por ejemplo, en el Reino Unido el número de prescripciones del servicio nacional de salud aumentó 22 % entre 1974 y 1977, ritmo mucho mayor que el aumento de la población. Por su parte, en los Estados Unidos las prescripciones per cápita aumentaron de 2,4 % al año en 1950 a 7,2 % en 1977. En Francia, aumenta como término medio 13 % anual. En 1996 el promedio de medicamentos por prescripción en Bulgaria fue de 1,95 y 2,39 en Colombia.4
En los países más pobres esto no ocurre así. A propósito de esta temática, Balladelli, representante de la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud para la Argentina en la XXX Reunión del Consejo Federal de Legisladores de Salud (COFELESA), Honorable Congreso de la Nación Buenos Aires, realizado el 12 de agosto de 2014, hizo una intervención en la que planteó que en América Latina y el Caribe, por las particularidades en la condiciones de salud existentes en el continente, algunas poblaciones encuentran especiales dificultades para acceder a medicamentos esenciales y la perspectiva de no tener acceso a los mismos cuando se les necesita, es uno de los aspectos donde se registran mayores diferencias e inequidades entre los diferentes sectores poblacionales. Lo anterior pone de relieve la situación de vulnerabilidad que estructuralmente padecen determinados grupos. En algunos casos la brecha en el acceso tiene fuertes repercusiones sanitarias.5
En Cuba, la producción de medicamentos está en manos del estado. La industria trabaja en coordinación con el Sistema Nacional de Salud y se encarga de producir y distribuir los medicamentos en función del cuadro epidemiológico del país. Se desarrolla una estrategia educativa mediante el empleo de los medios masivos de difusión, con vistas a promover el uso racional de los medicamentos, con especial énfasis en el aumento del cumplimiento terapéutico y la disminución de la automedicación.6
No obstante el problema al que se expone la sociedad con el consumo de medicamentos es complejo. Además de las políticas que se trazan en torno a estos, el acceso, la calidad y seguridad de los mismos, es necesario tener en cuenta los factores que influyen en los eslabones de la cadena por la que transitan (producción, distribución, prescripción, dispensación y consumo), tal es el caso de las condiciones de vida.
En tal sentido, se hizo un análisis de
contenido de las investigaciones sobre medicamentos en la literatura nacional
e internacional. Su proceso de elaboración tuvo varios momentos: la revisión
bibliográfica y documental sobre el tema, y el análisis del contenido
de los mismos buscando formular inferencias a partir de la identificación
de las características en cuanto a consumo de medicamentos y condiciones
de vida como categoría de análisis. Todo ello con el propósito
de argumentar la necesidad del análisis de los patrones de consumo de medicamentos
de la población según las condiciones de vida.
LA INFORMACIÓN
CONDICIONES DE VIDA
El problema de las desigualdades en las condiciones de vida y la salud es universal. Este se produce a nivel macro entre continentes y países, aunque también es muy importante mirar al interior de los países donde a nivel micro hay grandes desigualdades de condiciones de vida que generan desigualdades entre personas de diferentes grupos sociales, que llevan en sí la desigualdad de su país y la de su grupo social. De esta forma se generan inequidades en salud que afectan las condiciones mínimas necesarias para lograr sobrevivir y vivir con calidad.7
Los estudios que clasifican los territorios según condiciones de vida resultan vitales para la realización de investigaciones de cohorte social. Desde la década del 90 del pasado siglo se comenzaron a realizar tales estudios con una metodología común, que es concretada por Castellanos, quien establece además, las dimensiones de los procesos de reproducción social (conciencia y conducta), biológicas (factores genéticos e inmunológicos), ecológicas (medio ambiente, ambiente labora y residencial, clima, infraestructura sanitaria) y económicas (producción, distribución y consumo de bienes y servicios).8
Para Castellanos un principio básico de la salud pública es que los problemas de salud no se distribuyen al azar entre las poblaciones ni tienen frecuencia y trascendencia similar en todos los sectores sociales.8 Este comportamiento epidemiológico desigual puede encontrarse en países desarrollados y subdesarrollados.9
En Cuba varios investigadores se han pronunciado al respecto, Astraín propone procedimientos cuantitativos alternativos para la clasificación de territorios según condiciones de vida y adapta lo planteado por Castellanos al contexto cubano.10 A través del mismo se logra clasificar al país en tres estratos de condiciones de vida, buenas, regulares y malas, punto de partida para realizar otras investigaciones.
En el 1999 Alonso realizó un trabajo, donde logró clasificar todos los municipios de Cuba según condiciones de vida y definió tres estratos donde todos quedaron incluidos, en dependencia del valor del índice de condiciones de vida.11
Otro aporte es la estrategia metodológica para estudiar las condiciones de vida y salud a nivel local por Pría Barros,7 que brinda una forma creativa para analizar este problema de salud a partir de las condiciones de vida en áreas pequeñas -municipios, áreas de salud, consultorios del médico y enfermera de la familia-.
En la actualidad Corral Martín y otros,12 trabajan en la construcción de un nuevo índice de condiciones de vida del país y León Cabrera y colaboradores investigan el tema de las desigualdades en la tuberculosis utilizando los indicadores cubanos.13
Sin embargo, a juicio de los autores todavía no se desarrollan investigaciones que profundicen en la influencia de los determinantes sociales en el estado de salud de la población. Tal es el caso del consumo de medicamentos según condiciones de vida.
CONSUMO DE MEDICAMENTOS
El consumo es una práctica que realiza el hombre desde su surgimiento y que hoy día alcanza una definición evolucionada y más acabada luego de muchos años de estudio y análisis.14 Es un fenómeno complejo, multifactorial, que involucra al medicamento como tecnología sanitaria, al sistema de salud responsable de realizar una oferta adecuada de los mismos y la respuesta conductual del consumidor como consecuencia de la interacción con el prescriptor y dispensador teniendo como sustento sus conocimientos, actitudes y prácticas.15
Dichas prácticas se consideran como la acción y realización de una actividad de forma continuada (consumo de medicamento). Para caracterizarlas, se tienen en cuenta características de la población que realiza dicha acción (distribución por grupo de edades, sexo, ocupación, escolaridad) y de la acción en sí, el consumo (consumo de medicamento, grupo farmacológico consumido, origen del consumo, padecimientos para los cuales se automedicaría, cumplimiento terapéutico).16
Este consumo puede traducirse tanto en términos beneficiosos como perjudiciales, esta última condición se refleja en las reacciones adversas que pueden aparecer siempre que haya exposición a un medicamento. Por eso es que se considera como la medida real de la exposición de una población a los fármacos.2 El conjunto de elementos que caracterizan el consumo en un contexto dado puede ser tomado como referente, base para el estudio y la planificación, así como para establecer perfiles, tendencias en la utilización y costos de los tratamientos en diferentes horizontes. Permiten evaluar y perfeccionar las políticas y programas trazados es a lo que llamamos, patrón de consumo de medicamentos.16
Constituye una práctica legendaria que es analizada desde dos vertientes bien diferenciadas. Por un lado, los medicamentos son parte de tecnologías sanitarias que permiten devolver a un individuo la salud y su utilización masiva incrementa de forma notable la cantidad y calidad de vida de la población. Por otro, este creciente uso genera desafíos de sostenibilidad en los sistemas sanitarios (aumento de los gastos sanitarios) e inequidad (incremento de las brechas en salud entre ricos y pobres) en la sociedad.5
El consumo de medicamentos puede abordarse desde diferentes perspectivas, atendiendo a las aplicaciones del análisis que se realiza; por ejemplo, su cuantificación se puede expresar en gastos o en número de unidades consumidas. Estos estudios de consumo describen las cantidades y el gasto de los medicamentos dispensados, comprados o financiados en el Sistema Nacional de Salud.4
Son útiles como sistemas de alerta para detectar desviaciones de consumo; para comparar zonas de salud o médicos, tanto transversal como longitudinalmente y para aproximar la calidad del medicamento prescrito con datos agregados.4
Los parámetros de medida cuantitativos utilizados son el número de envases, las unidades de dosificación (tableta, gotas, etc.), las unidades de peso de sustancia activa (mg, g, etc.), el número de prescripciones, los costos de los medicamentos y las dosis diaria definida (DDD).
Los métodos más socorridos para su análisis utilizan la cuantificación en valor económico, en unidades vendidas y según DDD de un fármaco. Las principales aplicaciones de los estudios cuantitativos del consumo de medicamentos son la descripción del consumo en un área determinada; la detección de desviaciones del consumo, de diferencias internacionales e intranacionales; la evaluación de programas de intervención (acciones reguladoras, acciones informativas) y denominador de consumo para el análisis de relaciones beneficio-riesgo.
Estos parámetros son útiles para algunas aplicaciones, sobre todo administrativas y de políticas sanitarias; sin embargo, para realizar una aproximación epidemiológica es necesario hacer un análisis del consumo con enfoque antropológico, o sea, que aborde las características socioculturales, demográficas y conductuales de los consumidores, las razones y la tipología, así como las consecuencias de su consumo.17
En términos económicos se entiende por consumo la etapa final del proceso económico, en especial del productivo, definida como el momento en que un bien o servicio produce alguna utilidad al sujeto consumidor. Para el antropólogo García-Canclini el consumo es el conjunto de procesos socioculturales en los que se realiza la apropiación y los usos de los productos. Por su parte Priego H propone un concepto de símil entre consumo y utilización de los servicios sanitarios, y lo define como "la interfase de un proceso dinámico y complejo que pone en contacto a los actores, la población y el personal de salud, con el propósito de satisfacer una condición de salud determinada".4
Las disímiles formas de acceso a los bienes que se consumen, -a los medicamentos- hacen que los sectores y grupos de la sociedad tengan diferentes consumos y exposiciones a los mismos. Para la salud pública es importante poder caracterizar las diferencias económicas, sociales y culturales en la búsqueda de soluciones a los problemas que representan.4
La producción científica sobre consumo de medicamentos, en la revisión realizada, es baja, coincide con los grupos farmacológicos más consumidos y está caracterizada por autores transeúntes (de un solo trabajo) en artículos con alto índice de autorías compartidas.18 Las principales temáticas abordadas en las publicaciones son la descripción del consumo de medicamentos en ancianos, 19 consumo de benzodiacepinas en Ciego de Ávila,20 de inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina en el territorio oeste de La Habana,21 consumo de medicamentos en la población adulta22 y femenina 23 de Cuba. También se publicó un libro "Investigación sobre consumo de medicamentos. Experiencia cubana"4 que presenta los sustentos teóricos fundamentales sobre el uso de los medicamentos y expone el papel de la farmacoepidemiología y la farmacovigilancia. Sin embargo, en estos trabajos no se describe o caracteriza el consumo de medicamentos según condiciones de vida, ni se tiene en cuenta su determinación social.
Los autores consideran que las desigualdades en las condiciones de vida se traducen en desigualdades en salud y por tanto en el consumo de medicamentos, y que deben ser medidas para su estudio y solución. Los principales indicadores de que se dispone en la actualidad buscan aproximaciones indirectas de la salud.
La situación de salud de diferentes grupos de población es una de las formas de concreción a escala particular de los procesos más generales que caracterizan a una sociedad. En este espacio de las condiciones de vida, operan las acciones sociales, los servicios de salud y bienestar, de ahí que este nivel de abordaje tenga gran importancia para la planificación y la evaluación.
A pesar de que en Cuba todos tenemos acceso
a los servicios de salud y por supuesto a los medicamentos, sería oportuno
mirar al interior del patrón de consumo y las condiciones de vida. En este
sentido debemos plantear que el medicamento es la tecnología sanitaria
más usada en la sociedad, su estudio mismo según condiciones de vida
permitirían caracterizar su consumo en la población sobre la base
de las particularidades socioculturales y demográficas de los consumidores
-sexo, edad, nivel escolar, ocupación- (quiénes consumen y cómo
son los que no lo hacen); así como de los medicamentos consumidos -tipo
y subtipo- (qué, cómo y cuánto consumen); razones y tipología
del consumo, ya sea por -autoconsumo o por prescripción (por qué y
cuándo consumen los que no lo hacen), de manera que permita a los prestadores
en particular y al sistema de salud en general, desarrollar acciones correctivas
con el objetivo de alcanzar actitudes y conductas acordes con el significado
de los medicamentos en la sociedad contemporánea.
COMENTARIO FINAL
Los ambientes sociales y estilos de vida saludables,
al igual que conocimientos, comportamientos y aptitudes de adaptación para
hacer frente a la vida de manera sana, son influencias claves en la salud. En
este sentido sería interesante desarrollar investigaciones desde la perspectiva
de las condiciones de vida como determinantes de los patrones de consumo de
medicamentos de la población, así como la influencia de la combinación
de ambos en la calidad de la salud de la población. En el contexto existe
carencia importante de este tipo de estudio.
Conflicto de intereses
Los autores declaran que no existen conflictos de intereses.
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Recibido: 1 de marzo de 2016.
Aprobado: 20 de abril de 2016.
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