Los autores declaran que no existen conflicto de intereses.
El fenómeno del desplazamiento forzoso en Colombia es una consecuencia de la violencia ejercida por diversos actores armados ilegales que afectan la estabilidad de un determinado sector de la población y del país.
Identificar la relación entre estilo de vida y estrés postraumático en un grupo de mujeres desplazadas víctimas de abuso sexual.
Investigación descriptiva correlacional, con diseño transversal y muestreo intencional. Población constituida por 100 mujeres desplazadas víctimas de abuso sexual, de la que se tomó muestra intencional de 20 mujeres, de entre 20 y 55 años de edad, que aceptaron participar y otras 20 mujeres desplazadas. Se aplicó el
Luego de un tiempo de reexperimentación de 1 a 5 años, el 80 % de las mujeres desplazadas víctimas de abuso sexual se encontraban en nivel crónico grave de estrés postraumático, a diferencia del 35 % de mujeres desplazadas no víctimas. El 40 % de las mujeres desplazadas víctimas de abuso sexual presentaron un estilo de vida inadecuado, a diferencia del 15 % de las mujeres desplazadas no víctimas.
El impacto negativo del trastorno de estrés postraumático perdura más en las mujeres que han sufrido una doble victimización que aquellas que solo sufrieron desplazamiento forzoso. Esta difícil situación afecta indudablemente la salud y el estilo de vida de esta población, aunque en el presente estudio no se comprobó correlación entre estilo de vida y estrés postraumático.
The phenomenon of forced displacement in Colombia is a consequence of the violence perpetrated by various illegal armed actors affecting the stability of a particular sector of the population and the country.
To identify the relationship between lifestyle and post-traumatic stress disorder in a group of displaced women who were victims of sexual abuse.
Descriptive correlational research with cross-sectional design and intentional sampling. Population constituted by 100 displaced women victims of sexual abuse, in which it was taken an intentional sample of 20 women, between 20 and 55 years old who accepted to participate, and other 20 displaced women. It was applied the
After a 1 to 5 years´ time of re-experiencing, 80% of displaced women victims of sexual abuse were in severe chronic level of post-traumatic stress disorder, unlike the 35 % of non-victim displaced women. The 40 % of the displaced women victims of sexual abuse presented an inadequate lifestyle, unlike the 15 % of the non-victims displaced women.
The negative impact of post-traumatic stress disorder lasts more in women who have suffered a double victimization than in those who only suffered forced displacement. This difficult situation undoubtedly affects the health and lifestyle of this population, although in the present study there was no evidence of correlation between lifestyle and post-traumatic stress disorder.
El fenómeno del desplazamiento forzoso en Colombia es consecuencia de la violencia ejercida por diversos actores armados ilegales que afectan la estabilidad de un determinado sector de la población y del país. El Registro de la Unidad de Víctimas (RUV)
A nivel psicosocial, los desplazamientos suelen generar el rompimiento de los estilos de vida (EV) generando deterioro de la unión familiar, de las relaciones sociales y culturales, de la estabilidad laboral, de las oportunidades educativas, entre otros. Este deterioro limita el acceso a necesidades vitales del grupo como la comida, el refugio y la atención en salud, haciéndolos aún más vulnerables frente a los actos de violencia, como ataques armados, desapariciones y violaciones. Sin embargo, son las mujeres, niñas y niños los más vulnerables a los abusos en contra de los derechos humanos, sobre todo a la violencia sexual y de género.
El desplazamiento forzado impacta de manera diferente a hombres y mujeres, aunque es ligeramente mayor en mujeres que en hombres. Por cada 96 hombres hay 100 mujeres desplazadas; pero, en cuanto a edad y género, entre la población dependiente (menores de 15 años y de 60 años y más) predominan los hombres (104 hombres por cada 100 mujeres) y entre la población económicamente activa prevalecen las mujeres (83 hombres por cada 100 mujeres). Esta característica señala un nuevo riesgo psicosocial, como la prematura jefatura de hogar femenina monoparental y la viudez entre las adultas. Este fenómeno puede acrecentar la vulnerabilidad provocada por el desplazamiento, dadas las desventajas y obstáculos que afrontan las mujeres víctimas por su condición de género y de madres, convirtiéndose así en un mecanismo de transmisión intergeneracional de pobreza.
En este marco social, los EV de la población desplazada tienden a cambiar en su nuevo lugar de residencia o asentamiento vital como consecuencia de las experiencias traumáticas vividas, porque son aspectos que no deben ser vistos en forma estática y aislada, sino en forma integral, incluyendo su contexto social, económico, político y cultural. De esta manera, los comportamientos y hábitos de vida condicionan la salud y la situación de las personas, los que se forman por decisiones individuales, influencias del entorno y grupos sociales de los que forman parte.
El EV se puede concebir como un constructo teórico generalizado acerca de la forma en que se entiende el modo de vivir, expresado en comportamiento, principalmente en costumbres, aunque este concepto también es modificado porque influyen en él la situación de la vivienda, el urbanismo, la posesión de bienes, la relación con el entorno y las relaciones interpersonales.
Esta experiencia traumática puede originar un aprendizaje emocional para proteger al individuo de nuevas situaciones similares, sin embargo, genera tres tipos de síntomas: rememoración (o reexperimentación), hiperactivación fisiológica y evitación (junto con embotamiento afectivo). Las imágenes del hecho traumático quedan grabadas en una memoria emocional debilitada y vuelven a reexperimentarse una y otra vez con gran viveza, aun en contra de la voluntad de la persona, a pesar del paso del tiempo y con todo el detalle, como si estuviera sucediendo otra vez (
De manera similar, los procesos cognitivos se alteran, disminuye la capacidad de concentración, memoria, toma de decisiones, y produce reacciones emocionales severas, con intensas respuestas de ansiedad (preocupación, miedo intenso, falta de control, alta activación fisiológica, evitación de situaciones relacionadas, entre otras), irritabilidad, ira, tristeza, culpa y otras emociones negativas. Esto ocasiona una activación fisiológica intensa, un malestar psicológico acompañado de una hipervigilancia continua que evidencia un alto nivel de estrés, como si volviera a repetirse la situación traumática, o pudiera repetirse en cualquier momento, ocasionando como consecuencia agotamiento, emociones intensas, pensamientos irracionales, sesgo atencional (pensando lo mismo todo el tiempo), sesgo interpretativo (se viven como amenazantes y se evitan aquellos estímulos que antes eran neutros), por lo que aumenta la ansiedad, la impotencia, la debilidad, el agotamiento, entre otras.
En la mayoría de las ocasiones, estos eventos traumáticos que resultan incontrolables e inesperados y golpean de manera penetrante la sensación de seguridad y autoconfianza del individuo, provocan intensas reacciones de vulnerabilidad y temor hacia el entorno, como sucede con el caso del abuso sexual.
En el mismo sentido,
De la misma manera,
En el estudio realizado por
A pesar de la situación descrita, se conoce poco sobre la situación de las víctimas de abuso sexual (ASx) que han sufrido algunas mujeres desplazadas en Colombia, lo que podría estar afectando su EV y salud mental durante el proceso de reasentamiento. De ahí que el objetivo del presente estudio sea identificar la relación entre el Estilo de Vida y el Trastorno de Estrés Postraumático en un grupo de mujeres desplazadas víctimas de abuso sexual, con el fin de aportar a su conocimiento e intervención psicosocial, en el marco de la Ley 1616/2013 o Ley de Salud Mental vigente en Colombia.
El TEPT tiene un gran impacto en las mujeres desplazadas y víctimas de ASx en Colombia y tiende a alterar también su EV en el nuevo asentamiento familiar. Esta es una situación que debe ser objeto de estudio permanente con fines de atención integral inmediata, en concordancia con la reciente Ley 1719/2014,
Estudio de corte transversal de tipo descriptivo-correlacional, con muestreo no probabilístico, que incluyó a 40 mujeres víctimas de desplazamiento forzoso, ocasionado por el conflicto armado colombiano. De las 40 participantes en el estudio, 20 eran solo desplazadas y 20 eran además víctimas de ASx, con un tiempo de ocurrencia del hecho victimizante de 1 a 5 años. Todas fueron identificadas como víctimas de desplazamiento forzoso y asistentes al Programa de atención psicosocial de la Defensoría del Pueblo del Distrito de Santa Marta durante el año 2014.
Las edades oscilaron entre 20 y 55 años, bajo nivel de escolaridad (solo Primaria), estrato socioeconómico bajo (0-1), provenientes de diversos Municipios del Departamento del Magdalena y reasentadas en la ciudad de Santa Marta. Dentro de los criterios de inclusión se consideró: rango de edad (20 a 55 años), estar registradas en la Defensoría del pueblo, ser reconocidas como víctimas de desplazamiento forzoso y víctimas de ASx, y no padecer trastornos psiquiátricos.
Se evaluaron dos variables: Estilos de Vida (niveles de excelente, bueno, regular y malo), y Trastorno de Estrés Postraumático (sub-escalas de reexperimentación, evitación y de hiperactivación). Para ello se aplicaron dos Cuestionarios:
Cuestionario FANTÁSTICO, diseñado en el Departamento de Medicina Familiar de la Universidad McMaster de Canadá (1996), que es uno de los instrumentos más utilizados e idóneos para el estudio del EV. Este consta de 25 ítems cerrados, que identifica y mide los componentes que constituyen un factor de riesgo y que sean susceptibles de modificación, evaluando nueve dominios diversos, físicos, psicológicos y sociales como: familia/amigos, actividad física, nutrición, tabaco/toxinas, alcohol, sueño/cinturón de seguridad/estrés, tipo de personalidad, interior (ansiedad, preocupación, depresión), carrera o labores. El Cuestionario utiliza tres opciones de respuesta de 0 a 2 para cada categoría y se califica mediante escala tipo Likert de 0 a 100 puntos, estructurando cinco niveles de calificación del comportamiento: < 39 puntos = existe peligro, 40 a 59 puntos = malo, 60 a 69 puntos = regular, 70 a 84 puntos = bueno, 85 a 100 puntos = excelente EV. Esto indica que cuanto menor sea la puntuación, mayor es la necesidad de cambio. En general, la interpretación de los resultados es: Excelente = EV es una influencia óptima para su salud Bueno = EV es solo una influencia adecuada para la salud Regular = EV es un beneficio para su salud, aunque, también, presenta riesgos Malo y existe peligro = EV plantea muchos factores de riesgo. Este cuestionario se validó en jóvenes estudiantes, en trabajadores y pacientes de consulta clínica general, y fue adaptado por un Panel de profesionales de la Salud, en sujetos mexicanos, españoles y brasileros. Escala de gravedad de síntomas del Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT).
Las dos pruebas fueron autoaplicadas bajo la supervisión de los investigadores en la sala de espera de la Defensoría del Pueblo del Distrito de Santa Marta, Colombia, durante el segundo semestre del año 2014.
Se realizaron análisis descriptivos, se utilizó la prueba T de student de una muestra para el contraste de medias y el estadístico Rho de Spearman para determinar la intensidad de la correlación entre las dos variables estudiadas.
Los investigadores obtuvieron el permiso de la entidad participante, Defensoría del Pueblo, para poder realizar el estudio como parte del Convenio Interinstitucional para realizar prácticas profesionales en psicología. Sin embargo, a pesar que el estudio no generó riesgos para la salud de las participantes, se tuvo en cuenta lo consignado en la Resolución 8430/1993 del Ministerio de Salud, por la cual se establecen las normas científicas, técnicas y administrativas para la investigación en salud y en la Ley 1090/2006 por la cual se reglamenta el Código Deontológico y Ético del psicólogo en Colombia, en especial cuando se trata del trabajo con humanos. Por lo que cada participante recibió la información sobre los objetivos del estudio y firmaron el consentimiento informado.
Los resultados destacaron que ninguna de las participantes se hallaba dentro del EV denominado
Como se visualiza en la tabla 1, entre las víctimas de ASx no hubo presencia de un EV
De otra parte, al observar los intervalos de confianza para la diferencia de medias, con nivel de confianza del 95 %, se encontró que los intervalos de valor son mayores en las no víctimas, por lo que se afirma que las desplazadas no víctimas de ASx tienen un mejor EV que las que lo han sido. Al respecto, se halló que el nivel crítico del contraste en
De acuerdo con la
Se puede observar que, a medida que transcurre el tiempo, los niveles de reexperimentación van disminuyendo en la población víctima de ASx, mientras que se incrementan en la población desplazada no víctima de abuso sexual. Esta tendencia que se mantuvo en el lapso de más de 10 años en la población no víctima de ASx, no apareciendo datos en ese intervalo de tiempo en la población desplazada víctima de ASx.
Al observar los intervalos de confianza al 95 % para la diferencia de medias, se pudo constatar que los intervalos de valor son mayores en las desplazadas víctimas de abuso sexual. Por lo que se puede afirmar que estas mujeres tienen una mayor reexperimentación del suceso traumático que las no víctimas.
Se encontró también, que el nivel crítico del contraste en
Respecto a la evitación del hecho traumático de desplazamiento y ASx en el grupo de mujeres participantes, la tendencia fue similar a la fase de reexperimentación (
Es necesario aclarar que no se hallaron datos de las víctimas de ASx mayor a 11 años de ocurrencia del hecho, debido a que no se encontró este rango de tiempo entre las participantes en el estudio.
En cuanto al aumento de activación, después de ocurrir el evento traumático de desplazamiento, se observa que la tendencia fue similar a las fases anteriores (
Al observar los intervalos de confianza para la diferencia de medias en el caso suceso traumático (desplazamiento), con un nivel de confianza del 95 %, se visualiza en la tabla 5 que los intervalos de valor son mayores en la Escala de gravedad del trastorno de estrés postraumático (EG - TEPT), por lo que se señala que esta tiene un mayor impacto en el EV que el suceso traumático.
Se halló que el nivel crítico del contraste
De acuerdo a los resultados arrojados por el coeficiente de correlación Rho de Spearman no se encontró relación significativa entre el EV y los factores indicadores de EPT (
* La correlación es significativa al nivel 0,05 (bilateral). ** La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).
Al describir el EV, se encontró que ninguna de las participantes se ubicó en el EV
De acuerdo con lo reportado por
Respecto al grado de relación entre el estilo de vida y el estrés postraumático no se halló correlación significativa, probablemente debido a la presencia de otros factores que mediaron en el transcurso del tiempo como: tiempo de ocurrencia del hecho, existencia de otros posibles eventos de vida, no se cumplieron con los criterios del DSM-V de reexperimentación a los 6 meses, aprendizaje de nuevos patrones de comportamiento social en el nuevo asentamiento de vivienda, persistencia de la pobreza y escasez de oportunidades de desarrollo, entre otros.
Sin embargo, los resultados reafirman la presencia del TEPT en la población participante, como lo señalan otros estudios en población desplazada por la violencia,
Si se considera el estilo de vida como el conjunto de comportamientos que desarrollan las personas en su contexto social, sus modos de expresión, forma y manera de vivir, sus pautas de comportamiento respecto a la salud y la enfermedad, se puede decir que casi la mitad de la población desplazada víctima de abuso sexual, no solo alteró su estilo de vida saludable por el evento traumático sino que, presumiblemente, presente patrones de comportamiento poco saludables en sus hábitos o formas de vida (en nutrición, actividad física, comportamientos de salud, socialización, relación de pareja, entre otros).
Cabe destacar, que en el presente estudio no se hallaron correlaciones significativas entre el estilo de vida y el estrés postraumático en las mujeres participantes, lo que puede deberse a que el tiempo de ocurrencia del evento traumático en la población participante excedía los 5 años y el tiempo límite de ocurrencia entre el acontecimiento traumático y el inicio de los síntomas, como lo señalan los criterios diagnósticos del DSM-V para el TEPT, debe ser como mínimo de 6 meses.
Llama la atención, que a pesar de la intensidad del hecho traumático (abuso sexual) en la población femenina desplazada, su impacto en el EV se minimiza aproximadamente a los 10 años, mientras que el trauma del desplazamiento forzoso permanece en la tercera parte de esta población después de pasado este tiempo. Esto podría estar indicando, probablemente, que para las mujeres víctimas de ASx, el desplazamiento forzoso generado por la violencia social que involucra a toda la familia, sea percibido como mucho más traumático que la violación sexual misma en esas circunstancias. Esto, podría darse porque la víctima puede sentirse obligada a evitar u ocultar dicho trauma en la comunidad, quizás por considerarlo como un problema individual, para darle prioridad al drama familiar. Aunque, esta es una problemática que no ha sido abordada en esta investigación.
De modo que se puede concluir que el impacto negativo del TEPT perdura más en las mujeres que han sufrido una doble victimización (desplazamiento forzoso y abuso sexual) que aquellas que sólo sufrieron desplazamiento forzoso. No obstante, a medida que pasa el tiempo, al parecer, los efectos negativos del desplazamiento forzoso (pobreza, marginación, entre otros) impactan más al núcleo familiar de la víctima, silenciando la problemática del abuso sexual para convertirla en un problema individual de gran impacto en la vida personal de la víctima, en especial en su vida sexual, de pareja y de constitución de una nueva familia. Esta difícil situación afecta indudablemente la salud y el estilo de vida de esta población, aunque en el presente estudio no se comprobó correlación entre estilo de vida y estrés postraumático.
Recomendaciones
Se recomienda continuar la investigación en esta importante temática psicosocial, en especial sobre el impacto psicológico individual y familiar de las mujeres víctimas del desplazamiento forzado y de abuso sexual. Esta población en los últimos años está siendo reconocida y atendida en Colombia mediante programas psicosociales desde la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y otras organizaciones nacionales e internacionales de salud, con el objetivo de garantizar la salud mental y el fomento de un estilo de vida saludable en esta población doblemente victimizada.