El 28 de noviembre de 2018 se cumplieron dos años del fallecimiento de mi querida amiga Rina Milagros Ramis Andalia. El dolor no me permitió escribir antes estas palabras, pero ha llegado el momento de hacerlo.
Conocí a Rina en abril de 2015 durante la Convención Cuba Salud. Nuestro tema común fue el pensamiento complejo. Tratar estos asuntos fue un redescubrimiento y una reorientación para la ciencia y para la vida. Desde ese momento se forjó nuestra amistad que poco a poco fuimos cultivando durante casi dos años.
Rina siempre se ocupó por el trabajo interdisciplinar, multidisciplinar y transdisciplinar. Por eso organizó el
Paralelamente a nuestros encuentros académicos, tuvimos muchos personales, en los que descubrí que Rina era una hija y madre excelente y esmerada, siempre preocupada por los miembros de su familia y en muchas ocasiones hacía más de lo que podía por ayudarlos.
La Dra. Rina tuvo una larga trayectoria profesional: médico de la Comunidad Campesina Polo Santa Cruz del Norte, estudios de residente de Bioestadística y Epidemiología, epidemióloga en la Misión cubana en Angola, excepcional conocimiento sobre epidemiología hospitalaria (consideradas por muchos como experta en esos temas), Jefa del Programa Provincial de IIH, Jefa de Departamento de Epidemiología del Hospital Miguel Enríquez y Profesora e Investigadora Auxiliar en su querida ENSAP.
Sin embargo, considero que su genialidad consistió en comprender el pensamiento complejo y aplicarlo a la salud pública de forma original. Rina introdujo en Cuba el análisis de los determinantes sociales de la salud y las desigualdades sociales en salud desde un enfoque complejo. Definió una causalidad compleja,
Rina era una eterna inconforme con las viejas costumbres que todavía hoy permanecen anquilosadas en la salud pública cubana, tan plagada de reduccionismos y biologicismos que ignoran que la salud es también un fenómeno social y que no es solo asunto de los médicos, sino que debe incluir a todos los sectores de la sociedad. A pesar de ello, siempre tuvo una visión optimista conjeturando que en algún momento eso iba a cambiar. Su infinito empeño por hacer prevalecer estas ideas, por la justicia social, por el conocimiento, le valieron el respeto de sus tutorados, colegas y amigos, aunque no siempre lo manifestó oportunamente.
Sus últimos meses tuvieron dos objetivos fundamentales: culminar su doctorado y fundar el Grupo Desarrollo de la Epidemiología Social (EpiSoc.cu). El tiempo no le permitió cumplir el primero, pero sí pudo realizar el segundo objetivo, el 9 de junio de 2016 (poco antes de que enfermara). Así reflejó su interés y empeño en que las ideas de la Epidemiología Social (con un enfoque crítico y propio, no importado) ayudaran a mejorar nuestra Salud Pública.
Por eso, los amigos de Rina consideramos necesario que se le recuerde respetuosamente, se le reconozca por su persistencia, su humanismo, su voluntad para sobreponerse a las experiencias de salud más extraordinarias y, lo más importante, manifestamos que continuaremos su pensamiento en pos del bienestar de nuestro país. Por ahora, le dedicamos el Congreso de Pensamiento Complejo de La Habana, 2019.
Doctora en Medicina, Especialista de 1er grado en epidemiología, especialista de 2do grado en higiene y epidemiología, máster en Salud Pública, investigadora y profesora auxiliar. Impartió cursos de pregrado y postgrado. Formó parte de proyectos nacionales, internacionales e institucionales. Publicó más de 20 artículos científicos relacionados con salud pública, causalidad, determinantes de la salud, desigualdades sociales en salud y complejidad en salud pública. Fue asesora y consultora nacional e internacional. Perteneció a la Sociedad Cubana de Higiene y Epidemiología, Sociedad Cubana Educación Médica, Sociedad Cubana de Salud Pública, miembro de la cátedra de Complejidad del Instituto de Filosofía, miembro de la Directiva de Sección de Complejidad de la Sociedad Cubana de Psicología y de la Directiva de la Asociación Latinoamericana de Medicina Social (ALAMES). Fundó y coordinó el Grupo de Desarrollo de la Epidemiología Social (EpiSoc.cu), perteneciente a la ENSAP, desde 2016.
Recomiendo al lector interesado consultar su artículo “La causalidad compleja: un nuevo paradigma causal en Epidemiología” publicado en la Revista Cubana de Salud Pública en 2004 (N. del A).